#EspacioEntrevista

En el mes de noviembre, la Lic. en Psicología, Natalia Copertino estuvo en el programa "Salud al Aire", transmitido por radio Tecnoteca FM 88.1, abordando la temática de: "Salud Emocional".

En dicho encuentro se explicó que las personas que tienen una buena salud emocional son aquellas que mantienen una armonía entre lo que piensan, lo que sienten y lo que hacen. Son individuos que se sienten bien consigo mismos y que establecen relaciones positivas con su entorno. Esta capacidad relacional para entablar y mantener buenos vínculos con los demás es de suma importancia para determinar el grado de salud psíquica del que goza alguien. De hecho, para el psicólogo Abraham Maslow, uno de los fundadores de la corriente humanista, “la persona psicológicamente enferma es aquella que nunca ha tenido suficientes buenas relaciones con los otros”.

Una buena salud emocional se manifiesta en que la persona no se deja arrebatar por sus emociones.

Las emociones vienen a ser como descargas que acontecen en un breve espacio de tiempo y que van a dar lugar a los sentimientos, en cuya elaboración ya entran otros ingredientes como la voluntad, el perdón, la experiencia, de la persona para atemperar esa primera reacción psicofisiológica. Por tanto, las personas emocionalmente sanas no pierden el control sobre sus sentimientos, pensamientos y comportamientos.

Cuando las emociones negativas (ira, rabia, etc.) son muy intensas y nos abruman, pueden provocar fuertes sentimientos de odio, tristeza, ansiedad, que a su vez afectan a nuestros pensamientos y nuestros comportamientos. Es decir, que estas emociones tan impetuosas terminan tiñendo toda nuestra visión del mundo y nuestra forma de estar en él.

Además, nuestro cuerpo reacciona según la forma de sentir, pensar y actuar de cada uno de nosotros. Por ejemplo, supongamos que tenemos un problema laboral o afectivo por el que nos sentimos muy estresados, ansiosos, enfadados o tristes. Si estos sentimientos se intensifican excesivamente y se prolongan mucho en el tiempo, es muy probable que nuestro cuerpo reaccione y genere lo que se denomina “la respuesta al estrés”. Así, la aparición de un herpes labial, jaquecas, una presión arterial elevada o una úlcera estomacal es, con frecuencia, la consecuencia de la vivencia de un fuerte estrés. Esto se explica por la íntima conexión que existe entre el cuerpo y la mente.

En relación a todo lo planteado, la Lic. en Psicología Natalia Copertino respondió algunos interrogantes.

-¿Qué es la Salud Emocional? 

-En lo que respecta a mi formación profesional, intento estudiar y orientarme por el Psicoanálisis Lacaniano. Para introducir las emociones en este campo, no se habla de emociones sino de afectos y sentimientos. El afecto considerado por el psicoanálisis sería la angustia como guía, pero me encuentro dispuesta a conversar sobre la temática propuesta. A diferencia de lo que se viene hablando, el psicólogo Maslow se basa en un sistema de cubrir necesidades humanas dependiendo de las motivaciones; y que desde el psicoanálisis ya no se habla de necesidades humanas sino de deseo y demanda. 

- ¿Cómo las emociones pueden afectar a la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican? 

-Las emociones refieren a algo corporal, momentáneo y de tiempo breve. Se pueden considerar que responden a una lógica más bien objetiva si se quiere, a diferencia de los sentimientos, que son del orden de lo subjetivo, del orden del sujeto. 

Los sentimientos son los que nos engañan, hacen que nosotros interpretemos el mundo de una manera y que eso puede perjudicar a la salud. La angustia es un afecto más fuerte, es el que va orientar al sujeto en análisis y en su vida, en pos de mejorar la salud. Algo pasa con su salud.

Considero que no hay una emoción que perjudique más que otra a la salud, sino la emoción que impacte y repercuta más en la vida de esa persona, dependiendo de cada historia de vida. Una emoción tal puede perjudicar de cierta manera la vida de una persona, y la misma emoción en la misma situación o distinta, no generar tal sufrimiento e impacto. 

Por ejemplo, se puede pensar al estado permanente de alegría y excitación, como un afecto positivo para la salud emocional, sin embargo una persona que se encuentre con esta emoción constantemente podría suponerse en un estado más maniaco donde se encuentre despierto todo el tiempo, no tenga hambre, este activo y en ese caso una emoción positiva podría afectar negativamente produciendo de igual manera una respuesta al estrés. 

- ¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?

-Si bien las emociones y sentimientos nos afectan de determinadas maneras en nuestra vida, no implica necesariamente que nos hagan más fuertes y descuidemos nuestra salud. Podemos descuidar nuestra salud por el ritmo de vida, la cotidianeidad, los roles sociales establecidos, las nuevas figuras que atraviesan el cuerpo. Por ahí, una aparición de un herpes, dolor de cabeza, u otras reacciones corporales, vienen a decirnos que algo está sucediendo a nivel del cuerpo, un llamado de atención de que debemos desviar la mirada sobre eso que no estamos mirando; nuestra salud, nuestro cuerpo, nuestros vínculos sociales.

- ¿Cómo nos afecta la ira?

-Es dependiendo del caso, en algunos sujetos puede conducir a relaciones agresivas, en otras puede bloquear a la persona y no pueden ver en el contexto en donde están, a otras les puede servir y movilizar para alejarse de eso que la está generando. 

- ¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?

-Podemos decir que, como antes hice mención a la alegría podemos pensar en el disfrute de las cosas que hacemos, como algo saludable. El psicoanálisis hace mención a la pulsión de vida y la pulsión de muerte. Las cosas que más disfrutamos estarían del lado de la pulsión de vida conectándonos con nuestro deseo. 

- ¿Se puede mejorar el modo de relacionarse con los demás?

-Si se puede mejorar el modo de relacionarse con los demás, pensándolo desde el establecimiento del lazo social. ¿Qué es el lazo social? Es el lazo que establecemos con Otro de manera discursiva porque las personas somos seres del lenguaje, en una relación se pone en juego lo que uno dice, lo que otro interpreta y otro responde. En general uno de los objetivos del tratamiento es trabajar sobre la inclusión social. 

- ¿Qué enfermedades puede provocarnos el hecho de no estar bien emocionalmente?

-Es una pregunta muy difícil y amplia de contestar. Desde el psicoanálisis se puede pensar en una hipocondría, en la psicosomática, como así también que en lo orgánico está en juego lo azaroso, lo real, en el sentido de que uno puede enfermar sin estar mal emocionalmente. Pueden aparecer enfermedades como ataques de pánico, un ACV, un pico de tensión, infartos, por ejemplo. En relación a esto puedo relacionarlo con mis prácticas en una institución de segundo nivel, donde trabajaba con la enfermedad orgánica como detonante para una consulta psicológica como por ejemplo una situación de internación. 

- ¿Se pueden manejar las emociones que nos dañan?

-Sí, cuando uno identifica la función de esa emoción en su vida, se puede preguntar ¿qué significa esto para mí, en este momento de mi vida? Y hacer algo con esa emoción. Tendría que ver con la implicación del sujeto con esa emoción particular. 

- Finalmente, ¿Qué le aconsejarías a aquellas personas que se sienten desbordadas por emociones negativas?

-Les aconsejaría a aquellas personas que se sienten desbordadas por emociones negativas, que sí lograron identificarlas, y les resultan insoportables que acudan con un profesional que pueda orientarlos para poder sobrellevar la situación. Lo que no se habla, lo que no se tramita repercute en el cuerpo de diversas formas, aquello que parece cotidiano, a lo cual uno se acostumbra sin preguntarse, es necesario que surja una pregunta que oriente y tenga como objetivo el mejorar la calidad de vida.

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